
Ana Maroto
Ana Maroto: la guardiana del último paraíso africano
Cuando Ana Maroto pisó por primera vez las Islas Bijagós, sintió que había llegado a un rincón del mundo tan remoto como mágico. Como bióloga y buceadora, su vida siempre ha estado ligada a la naturaleza, pero este archipiélago de Guinea-Bisáu le reveló una biodiversidad y una riqueza cultural que la atraparon para siempre. Desde 2001, su trabajo con la Fundación CBD-Hábitat en Mauritania la llevó a la conservación de ecosistemas únicos, pero fue en 2007 cuando se embarcó en un desafío aún mayor: convertir el Orango Parque Hotel en un modelo de turismo sostenible que preservara el paraíso que tanto la fascinó.
Descubriendo un mundo intacto
“Nada más llegar, te reciben con una gran sonrisa, una limonada fresca y una comida deliciosa. Todo es salvajemente impresionante: árboles inmensos, animales raros, frutas que jamás había visto. Es como estar dentro de un documental sobre tribus aisladas de la civilización”, cuenta Ana. La sensación de exploración es real, como si cada visitante se convirtiera en un moderno Livingstone descubriendo un mundo intacto.
Pero su misión va mucho más allá del asombro. Ana ha dedicado su vida a investigar los valores culturales, históricos y naturales de las Bijagós, diseñando experiencias de ecoturismo que no solo respeten el entorno, sino que también ayuden a mejorar la calidad de vida de las comunidades locales.
Turismo responsable para transformar vidas
En el corazón del Parque Nacional de Orango, Ana y su equipo escuchan a la población para entender sus necesidades y responder con acciones concretas: construcción de pozos, mejora de escuelas y puestos de salud, formación y empleo para los habitantes. Su visión es clara: hacer del turismo una herramienta de desarrollo, sin alterar la esencia de este santuario natural y cultural.
Con cada visitante que llega a las Bijagós, el impacto de su trabajo se multiplica. Más oportunidades, más conciencia, más futuro para quienes llaman hogar a estas islas. Porque para Ana, nada es imposible.