

Álvaro Planchuelo
Bulgaria y sus 7 patrimonios de la humanidad
Viajarás con Álvaro Planchuelo

Además de arquitecto y diseñador, escritor y fotógrafo de viajes, es arqueólogo, restaurador de monumentos, técnico en energías renovables y cooperante. Con más de 100 países visitados durante su reconocida trayectoria profesional es experto en actuaciones relacionadas con el patrimonio cultural y natural del mundo. Fundador y presidente de la ONG Campamentos Solidarios que actúa principalmente en Senegal, compagina su trabajo en cooperación con la realización de proyectos profesionales en Europa, África Occidental, Centroamérica y Oriente Medio. Miembro de la Sociedad Española de Ornitología, de la Sociedad Geográfica Española y colaborador habitual en la revista Viajar, es autor de varios conceptos nuevos dentro del turismo responsable como los Global Nomads, el Ecoturismo Activo o la Huella en Positivo. Desde 2016 es prescriptor de EL PAÍS Viajes realizando numerosos viajes culturales y de exploración por todo el mundo y abriendo nuevos destinos como Iraq, Mauritania o Mesopotamia Turca.
Sofía, Danubio, Varna, Mar Negro, Plovdiv
Bulgaria, situada en la encrucijada entre Europa y Asia, posee una rica herencia cultural que se remonta a milenios. Esta herencia está reflejada en sus numerosos sitios culturales inscritos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estos sitios representan un testimonio extraordinario de las antiguas civilizaciones tracias, romanas, bizantinas y búlgaras que dejaron su huella en la arquitectura, el arte y las tradiciones del país. Desde iglesias medievales con pinturas al fresco hasta antiguos túmulos funerarios y monasterios encaramados en paisajes montañosos, los sitios culturales de Bulgaria revelan una historia profunda y diversa. Cada uno de ellos ilustra momentos clave del desarrollo espiritual, político y artístico de Europa Oriental, y muchos siguen siendo lugares activos de culto o peregrinación hasta hoy. Entre los más destacados se encuentran los monasterios de Rila y Troyan, joyas de la arquitectura ortodoxa; las Iglesias Rupestres de Ivanovo, famosas por sus frescos del siglo XIII y la de Boyana; las Tumbas Tracias de Kazanlak y Sveshtari, que ofrecen una visión fascinante del arte funerario de esta antigua civilización; y las ciudades medievales de Plovdiv, Veliko Tarnovo y Nessebar. Estos sitios no solo son importantes por su belleza y valor histórico, sino también por su papel en la identidad nacional búlgara, europea y mundial.